El Desierto del Sahel, lleva varias décadas ganándole terreno a las superficies boscosas. Esto conlleva inexorablemente el éxodo rural así como la extinción de algunas especies animales, la deforestación y otros efectos nada agradables, consecuencia del cambio climático y la desertificación.
El Desierto del Sahel rodeado por una gran muralla verde para combatir la desertificación.
Es por eso, que para contener la expansión del desierto del Sahel, en el año 2007 se puso en marcha un ambicioso proyecto por parte de la Unión Africana, cuyo objetivo era el de crear un inmenso cinturón vegetal que atravesara todo el continente africano para bloquear la dilatación de este desierto.
Esta Gran Muralla Verde, pretende hacer que se desarrollen hasta 7000 Km de vegetación densa, con el fin de proteger y fomentar la vida salvaje, la biodiversidad y los beneficios para la población local, que aportan día a día, la mejora de la alimentación y una fuente de ingresos adicional.
Para que esta iniciativa fuera viable, era necesario plantar especies que fueran capaces de sobrevivir a las condiciones tan extremas del desierto, como la palmera datilera o las acacias.
Lo que empezó como un muro de contención formado por 30 países, ambiciona ya ser un auténtico anillo que rodee el desierto más grande del planeta.
Este efecto expansionista del desierto del Sahel, ha llegado a otros lugares del mundo, como por ejemplo, Pakistan, en donde han conseguido plantar ya alrededor de 10.000 millones de árboles, reforestando el quinto país más poblado de la Tierra.
En bolsas Bonsai somos conscientes de la humildad de nuestro proyecto, pero no por ello dejamos de estar orgullosos de este reto que supone hacer frente al cambio climático y al impacto medio ambiental con nuestro compromiso.
Plantar 10.000 árboles para reforestar las zonas de la Península Ibérica más castigadas por las talas descontroladas, la desertización y los incendios.
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